martes, 18 de octubre de 2011

Yuanyingyuan (el antiguo palacio de verano), un remanso de paz en medio del caos pekinés:

Ayer, después de comer, decidimos que ya era hora de ver algo bonito, después de una semana infernal con exámenes y controles diarios. En parte nos ayudó a decidirnos esta canción promocional de los Juegos Olímpicos que nos pusieron en clase. Se llama Běijīng huān yíng nĭ (Bienvenido a Pekín), e intervienen numerosos artistas famosos de China y países vecinos (¡atención a la participación estelar de Jackie Chan!):


Por cierto, no sé si recordaréis, pero esta es la famosa canción que suscitó la polémica en los Juegos Olímpicos, porque según dicen, la niña que canta no era demasiado agraciada físicamente, así que pusieron a otra niña muy mona en su lugar, para que bailara y moviera los labios. (Sí, una gran canallada).
La cuestión es que después de ver este vídeo nos entraron unas ganas incontrolables de visitar lugares bonitos, así que nos decidimos a hacer una pequeña excursión después de las clases, lo que nos llevó a descubrir uno de los lugares que creo se va a convertir en uno de mis favoritos en esta ciudad. Un remanso de paz entre el ruido infernal de Pekín. También es cierto que ayudó que fuera un martes por la tarde. Aunque hacía un sol espléndido y no había mierbla en el ambiente (fenómeno que se da cuando se une la mierda con la niebla), no encontramos mucha gente en el parque.











Y para acabar este paseo tan agradable, fuimos a un pequeño puesto con libros que había hacia la salida del parque, y allí me encontré con un encanto de hombre, que me preguntó en chino que de dónde era. Yo al principio le entendí que si era americana (las dos preguntas se parecen mucho ¿vale? Además está esa pequeña cuestión de mi dislexia china… -algo que me preocupa cada vez más, por cierto-), y le respondí: “No, soy española”. Entonces el hombre se emocionó y me empezó a hablar en chino, muy despacio y reposado (algo que difícilmente sueles encontrar). Seguí sin entenderle ni papa, pero me cayó genial, fue muy entrañable. De repente me preguntó que si podía darme un abrazo. Tengo que decir que al principio puse cara de WTF?? Pero luego, para hacerse entender, le dio un abrazo a su mujer, y luego me abrazó a mí. Fue un momento muy tierno (aunque desconcertante, lo sé).

Y esa es la historia de cómo transcurrió el descubrimiento de un parque precioso y de cómo fui abrazada por un chino entrañable.




1 comentario:

  1. sigues con la dislexia? jeje

    bueno, el hecho de que estuviera acompañado por la mujer no dan tanto miedo lo del abrazo jeje

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